viernes, 30 de octubre de 2015

Doble lenguaje

Charlie Dimmock, de Martyn Baldwin

Cuando las personas hablamos damos rodeos, disimulamos mucho, nos andamos por las ramas, titubeamos y adoptamos variadas formas de vaguedad y segundo sentido. Todos lo hacemos y esperamos que los otros también lo hagan, pero al mismo tiempo admitimos que añoramos hablar sin rodeos, que la gente vaya al grano y diga lo que quiera.

Tal hipocresía es un universal humano. Hasta en las sociedades más francas, las personas no se limitan a expresar lo que quieren decir sino que ocultan sus intenciones con diversas formas de cortesía, evasión y eufemismo. En una reunión con el objetivo de recaudar fondos, se espera que haya un cartel que diga: "Contamos contigo para sacar adelante el comedor infantil" y no, "Pon dinero".

El doble lenguaje es algo que todos usamos y todos conocemos. Todos, excepto los niños, que antes de conocer las convenciones sociales, les dan a las palabras su valor real. Uno de mis hijos, tendría tres o cuatro años, le preguntó a una persona en el ascensor: "Y tú, ¿por qué eres negro?" y se quedó tan pancho mientras al ciudadano negro le daba la risa (por suerte) y yo no sabía dónde meterme.

2 comentarios:

  1. Es verdad, el doble lenguaje es algo que todos usamos y todos conocemos... sobre todo en el País Vasco, donde a la acción del terrorismo se le denomina conflicto y a la extorsión y al asesinato, expresiones de violencia. Finos que somos.
    Josean

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    1. En los negros años de plomo, el País Vasco era el rey del eufemismo, la forma por excelencia del doble lenguaje.

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