lunes, 19 de octubre de 2015

Melindre

Sin título, de Stuart Pearson Wright

"Melindre. Úsase comúnmente en plural. Carantoñas, arrumacos, caricias. Zalamerías.

Dice Santa Teresa que hay que hablar "con simplicidad y llaneza y religión, que lleve más estilo de ermitaños y gente retirada", y no "ir tomando vocablos de novedades y melindres, creo que los llaman, que se usan en el mundo". Ésta es la primera vez que aparece esta palabra en un escrito castellano y parece que tiene ya todo el sentido que le damos en la actualidad. Sin embargo, durante mucho tiempo un melindre no era más que un dulce, una "fruta de sartén" (golosina frita) hecha con harina y miel, "muy delicada y gustosa". También se llamaba melindre a otro tipo de pasta, con huevo, harina y azúcar, del que se hacían bocaditos con diferentes formas. Las explicaciones de los especialistas son bastante especiosas, sobre todo porque no se tiene en cuenta que hubo ciertos pastelillos hechos con miel, y se da por seguro que los melindres no tenían miel. Esta diferencia es muy importante porque mel (miel) podría ser decisivo aquí. Se me asegura que *mel inter panem (miel con pan) es el verdadero origen de melindre y se arguye el dicho MIEL SOBRE HOJUELAS (por algo mejor tras algo muy bueno) para explicar el significado, tanto de melindre-delicadeza como melindre-golosina. Aunque esa forma habría resultado >mel ínter>mielintre>mielindre, y esta forma no aparece en parte ninguna. Otras sugerencias son la derivación de Melite (>mel, la tierra de la miel, la tierra de las delicias), que era uno de los nombres del País de la Cucaña o de la Tierra de Jauja donde todo eran delicias. Finalmente, otro nombre propio geográfico: Melita (Malta), de la que se decía en la Antigüedad que era país de maravillas".

José Calles Vales: Origen de las palabras estrafalarias

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