Jove decadent, de Ramón Casas |
Las sociedades evolucionan y cambian y con ellas cambia el lenguaje. El léxico cambia relativamente fácil con la entrada de nuevos términos de otros idiomas o con evoluciones y creaciones del propio, pero algo tan básico como el género es difícil de cambiar porque afecta a la estructura gramatical del idioma.
Cada vez somos más sensibles a la igualdad entre los hombres y las mujeres y buscamos soluciones que mitiguen el empleo del masculino genérico en castellano. Los políticos llenan sus discursos de "los ciudadanos" y "las ciudadanas" con una solución que se ajusta a la gramática pero que alarga innecesariamente los parlamentos y que, desde luego, es imposible de utilizar en el lenguaje cotidiano.
En su último libro, Miseria y compañía, Andrés Trapiello propone esta opción: "L*s lectores de este libro hallarán aquí también esta estrella o asterisco manipulado, que hemos dado en considerar nueva vocal o vocal doble, tras haber descartado por diferentes razones el empleo de sucedáneos y equívocos, como la arroba, @, o la xuá, ə. El autor, tipógrafo aficionado considera que el uso de un lenguaje inclusivo no es ocioso ni mucho menos nocivo para la literatura escrita ni para la escritura en general. El hecho de que esta * sirva para lo escrito y no para lo hablado, no quiere decir sino que se contenta con ser leída, lo que no es poco trecho en un camino tan largo aún. Y que aquí se emplee tampoco significa que se quiera imponer a nadie, y mucho menos a las instituciones y personas que se crean competentes en este asunto y que vayan a disentir; otras, en cambio, hasta ahora opacas o soslayadas en los textos, serán visibles al fin y lo agradecerán, aunque la literatura no será desde luego mejor por el empleo de la *, pero tampoco peor."
¿Cuál es mi opinión? Me deja un tanto desconcertada, no me gusta mucho un signo que no se puede pronunciar aunque si lo pienso bien, tampoco los paréntesis se pronuncian y en cuanto a las comillas, últimamente nos hemos inventado un gesto con las manos para explicar que lo que decimos es "entre comillas". No sé qué concluir, la verdad. ¿Qué piensan ustedes?
A mí no me gusta la arroba, ni tampoco el asterisco para incluir en un mismo término a hombres y mujeres. Estas iniciativas han estado encaminadas a corregir un inadecuado lenguaje machista, pero que yo sepa no existía un problema de comprensión del texto. Cuando se dice por ejemplo que la Real ha llenado de orgullo a los aficionados por haberse clasificado para la Champions, creo que nadie piensa que las aficionadas están excluidas. Y si no existe problema de comprensión, es decir, si entendíamos lo que comunicábamos, ¿a qué vienen estos cambios?
ResponderEliminarJosean
Te agradezco, Josean, la oportunidad que me ofreces de ahondar un poco en este tema tan interesante. Si, como veo, te gusta el mundo del lenguaje, sin duda recordarás el alboroto que se formó en torno a un documento que fue suscrito por un académico de la RAE. Se titulaba "Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer". El castellano es un idioma que elige uno de los dos géneros de que se sirve para designar a todos: elige el masculino. Y aunque, como tu dices, la comprensión está generalmente asegurada, no siempre es así, porque cuando una noticia dice "La esperanza de vida del hombre es de 84 años", ¿qué quiere decir?, ¿comprende a los hombres y a las mujeres como en "el hombre logró la hazaña de poner un pie en la luna"? ¿o quiere decir que la esperanza de vida del hombre es de 84 años y más adelante dirá que la de la mujer es de 86?
EliminarUltimamente universidades, comunidades autónomas e instituciones en general han publicado guías de lenguaje no sexista, porque aunque no reparemos en ello en una instancia siempre pondrá "El que suscribe..." en un documento destinado a hombres y mujeres. "Padres" se refiere tanto al padre en plural como al conjunto del padre y de la madre. En euskera existe "gurasoak" para designar a la suma de "aita" y "ama", aunque copiando del castellano decimos "los aitas". ¿Todo esto qué significa? Por ejemplo, que cuando en el autor de un libro se pone la inicial y un punto se tiende a suponer que el autor es un hombre. En definitiva supone la invisibilidad de la mujer, supone que lo masculino es lo universal
Naturalmente esto no es culpa solo del lenguaje, son los usos de la sociedad, la realidad por la que todavía se paga menos por el mismo trabajo a una mujer que a un hombre. Esa realidad que supone que en una canción como "Libertad sin ira", esa que es casi un himno haya un verso como este: "Gente que solo busca su pan, su hembra, su fiesta en paz".
Un saludo.
Es un comentario bien argumentado, lo reconozco. Pero también he de decir que algunos manuales de lenguaje no sexista son de traca, como algunos discursos donde se utiliza "los y las" pero que si se siguiese con la diferenciación serían ininteligibles (los/las buenos/buenas compañeros/compañeras animosos/animosas y trabajadores/trabajadoras...). Tiene razón también en el himno "Libertad sin ira", canción de los años '70 que hoy sin duda no se escribiría así. Era otra época.
EliminarJosean
La escritura suele tender a ser conservadora, necesita un consenso tácito de los escribientes y el beneplácito de la RAE. No creo que se acepten nuevas letras, pero los signos ortográficos son de creación reciente, grandes escritores nunca los usaron, sin ir más lejos El Quijote se escribió sin puntos, sin comas, sin admiraciones ni nada de nada. La última revisión de El Quijote fue la del académico Rico, pero hay muchas otras versiones de El Quijote. Siempre nos quedará la duda (muy pequeña) de como quería Cervantes que se leyera su obra. Y por último ¿Qué son las tildes sino signos no legibles? el inglés no utiliza la tilde, pero su escritura está llena de apóstrofes que tampoco se pronuncian y el castellano apostrofa sin poner apostrofe.
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