lunes, 3 de septiembre de 2012

No tengo palabras

Mark Rothko

Pensando en palabras a veces me da por pensar en la no-palabra. En esos momentos en los que nos quedamos mudos, en los que no encontramos palabras. En los recientes Juegos Olímpicos celebrados en Londres, la entrevistadora de TVE preguntó a una de nuestras ganadoras: "¿Qué sientes ante esta victoria?". La atleta enmudeció un momento, volvió la vista hacia arriba como buscando inspiración en el cielo y respondió un poco azorada: "No tengo palabras para expresarlo".

No tengo palabras es quizás la expresión más emocionada para describir algo. Hay momentos en los que nos quedamos sin un triste adjetivo que llevarnos a la boca: ante la belleza de una obra de arte, ante un atardecer, ante la felicidad inmensa de los primeros pasos de un hijo. Qué adjetivo encontrar, qué palabra albergaría la inmensidad de la belleza, qué expresión para describir la alegría desbocada...

Estoy segura de que hay palabras para expresar lo que sentimos, lo que vemos, lo que pensamos... no hay más que leer a Proust y a otros muchos de los grandes escritores para comprobarlo, pero serían muchas, una retahíla de palabras y a veces, así a bote pronto, nos cuesta encontrarlas.


2 comentarios:

  1. Hemos puesto nombre a todas las cosas, pero no sé si a todos los sentimientos. ¿Por qué pintaban Rothko, Hopper o Lucio Muñoz esos cuadros? Probablemente porque no encontraron palabras para expresarlos. Como nos ocurre a nosotros cuando los contemplamos.
    Juan Vela

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  2. Sí, a veces no sabemos cómo expresar algo, y sobre todo nos pasa con los sentimientos. Pero no creo que haya palabras para definir toda la inmensidad de conceptos que puede ver, sentir e imaginar el ser humano. Por otra parte, a veces podemos comprobar al aprender idiomas que una idea ha cristalizado en palabra en uno pero no en otro, por lo que nos cuesta entender el concepto. De hecho, cuando no tenemos una palabra asimilada a un concepto, ese concepto se nos hace más difuso, como si no pudiéramos aprehenderlo o como si no tuviéramos plena conciencia de su existencia.

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