El matrimonio Arnolfini, de Jan van Eyck |
La reciente decisión del Tribunal Constitucional ratificando la ley que permite el matrimonio homosexual ha vuelto a traer este tema a la palestra.
Un tertuliano de la cadena de televisión Cuatro para justificar su rechazo a llamar matrimonio a la unión entre homosexuales recurría hoy a la etimología de la palabra. "Matrimonio viene de madre", argumentaba, "no se puede llamar así a la unión entre dos hombres". "¿Y patrimonio?", le ha contestado un compañero de mesa, "patrimonio procede de padre".
Y me ha parecido una respuesta muy buena y muy ágil porque, en efecto, patrimonio se aplica a las posesiones tanto de los hombres como de las mujeres, evidentemente porque el concepto ha evolucionado y se ha adaptado a las necesidades de la sociedad. Y a nadie se le ha ocurrido reclamar que patrimonio no se pueda aplicar a los bienes de las mujeres, igual que lengua materna se sigue aplicando a la primera lengua que aprende un niño, independientemente de que se la enseñe su madre, su padre o sus abuelos.
Por lo tanto, ojito con la etimología porque es un argumento muy recurrente pero nos puede salir rana.
Muy interesante el post y muy bien escrito. Hace poco Alex Grijelmo publicaba un artículo en El Pais aludiendo también a la evolución del lenguaje.
ResponderEliminarSaludos. Guillermo.
Alex Grijelmo es un buen periodista y un auténtico apasionado del lenguaje. Se lo recomiendo vivamente a todo aquel que esté interesado en este tema. No defrauda nunca.
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