Autorretrato, de Amadeo Modgliani |
Hay palabras neutras y palabras cargadas de significado, palabras que nos evocan un sentimiento según las oímos como, por ejemplo, melifluo. Si me pidieran que identificara melifluo con una imagen, yo describiría a un hombre del siglo XVIII, vestido con mallas, delgado, taimado, que se desliza más que anda, que da dentera, susurra como una culebra y se acerca demasiado a su interlocutor. Naturalmente es amante de las intrigas y está siempre confabulando para obtener alguna prebenda.
Según el diccionario de la RAE, melifluo es un adjetivo que significa 'que tiene miel o es parecido a ella en sus propiedades' y es que etimológicamente melifluo está formado por el latín mel, 'miel', y flueere, 'manar' y el término está emparentado con 'meloso' y 'melosidad'.
La etimología me parece genial porque en efecto, melifluo es alguien que se pega, que es demasiado dulce, que se acerca mucho para hablar y resulta pegajoso y empalagoso como la miel
Cosas de la vida, hay un personaje de Harry Potter que se llama Araminta Meliflua, ¿hay por ahí alguien que sepa si viste mallas, si es taimada y pegajosa?
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