jueves, 14 de noviembre de 2013

De la bonanza al naufragio

Paisaje marino, de Renoir

Hay épocas en la vida en las que uno cree naufragar tras una larga travesía, parece que todo se fuera a ir a pique, que nada siguiera siendo igual. Pero por suerte después de la tormenta llega la calma, uno vuelve a pisar tierra firme, recupera el rumbo y finalmente desembarca en un buen puerto.

Hacerse de nuevo a la mar tras el naufragio puede ser difícil, cómo recuperar el rumbo de la nave, cómo saber si debemos dejar subir a alguien a bordo o seguir solos y no perder el norte de vista. Me viene a la memoria aquella canción que decía:

"Ay, quién maneja mi barca, quién
que a la deriva me lleva..."

Pero la vida sigue y hay que seguir remando, embarcarse en un nuevo proyecto, cortar amarras con el pasado y construir un futuro con los restos del naufragio. Y no olviden ustedes consultar este cuaderno de bitácora de vez en cuando.


1 comentario:

  1. Me ha encantado el post. Sí, la mar también está en tierra firme. Cantaba Mari Trini: "El amor es una barca con dos remos en el mar...". Y Ramiro Pinilla, el espléndido escritor bilbaíno, solía escribir sobre la añoranza del ser humano por volver al útero materno, esto es, al mar.
    Josean

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