viernes, 10 de agosto de 2012

No se permitan la arbitrariedad con las palabras


Los cínicos dicen que en política las palabras sirven más para ocultar el pensamiento que para expresarlo y muchos de ustedes se mostrarán de acuerdo con esta afirmación y también coincidirán conmigo en que el lenguaje político es aburrido y monótono además de ser un monólogo.

A los políticos les gustan los adjetivos repetidos: lisa y llanamente, largo y tendido, aquí y ahora, pura y simplemente; y las palabras largas e inexistentes: influenciación, procedimental, funcionarización...

Hay además palabras que tienen constantemente en la boca y con las que arman frases que no significan nada. Este texto se me ha ocurrido así a bote pronto, simplemente uniendo algunas de estas palabras (las que están en cursiva): "busquemos el consenso en esta coyuntura de crisis para lograr un escenario marco que nos lleve a una estrategia y a un entorno que favorezcan un planteamiento unilateral y una propuesta plural, así racionalizaremos los recursos prioritarios y consolidaremos el esfuerzo extrapresupuestario con el que redimensionar y reordenar la reindustrialización". En fin.

En una ocasión los alumnos preguntaron a Confucio qué mejoraría o reformaría si tuviera que gobernar un país y contestó lo siguiente: "Si el lenguaje carece de precisión, lo que se dice no es lo que se piensa. Si lo que se dice no es lo que se piensa, entonces no hay obras verdaderas. Y si no hay obras verdaderas, entonces no florecen el arte ni la moral. Si no florecen el arte ni la moral, entonces no existe la justicia. Si no existe la justicia, entonces la nación no sabrá cuál es la ruta: será una nave en llamas y a la deriva. Por esto no se permitan la arbitrariedad con las palabras. Si se trata de gobernar una nación, lo más importante es la precisión del lenguaje".

3 comentarios:

  1. ¡Qué lejos les queda las palabras de Confucio a nuestros políticos!

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  2. El texto te ha quedado redondo. Ya tienes una buena base para dedicarte a la política. No te animas? Seguro que lo haría mejor que la mayoría de los políticos de los diversos partidos.

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    1. Hay un pequeño problema y es que criticar es muy fácil pero ser un buen político es muy difícil. No obstante, gracias por los ánimos.

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