miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ajenos y enredados

El beso, de Gustav Klimt

Hay un banco en mi ciudad en el que casi siempre hay alguien queriéndose. Queda debajo de una autovía, que es desde donde yo lo veo cada día, cuando paso en moto camino de mi casa. Es un espacio soso y neutro con un par de bancos. En uno de ellos, el que queda debajo de la carretera, el más sombrío, a menudo se puede ver una pareja besándose. Nunca es la misma, pero siempre se funden en un abrazo un par de críos, adolescentes que se enroscan en un nudo de piernas y brazos que quisieran unidos para siempre. Así son esos años en los que todo parece absoluto. Ajenos al mundo, ajenos a mí y a la ternura que me producen, se besan como si fuera el último atardecer de sus vidas.

6 comentarios:

  1. Me has emocionado. Es la segunda vez que lo hago hoy. La primera escribiendo acerca de mi abuelo. Luego he pensado en escribir una entrada sobre las ventajas de la madurez y, entre ellas, pensé que estaba el aprender a esperar y a amar sin prisas, lentamente, sin agobios, pero ahora, al leer esto, me he sentido amargamente melancólica y triste recordando cuando éramos él y yo los que nos queríamos furtivamente, pensando que aquel beso era siempre el último, en un banco, en un parque bajo la lluvia de las hojas del otoño y he llorado recordándolo.

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    1. Sin duda una de las ventajas de la madurez es quererse sin que te duela hacerlo, pero sí, estar enamorado con 16 años es una experiencia de felicidad absoluta.

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  2. ahhh y gracias por compartir lo de Sicilia, ni siquiera lo había colgado en Facebook, ni siquiera estaban corregidos los asquerosos acentos que me traen de cabeza.

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    1. Me gustó mucho el relato, no conozco Sicilia más que a través de lo que cuentan los mafiosos de las películas o de la tele (Los Soprano), pero me pareció que merecería la pena ir, aunque no en verano, eso me quedó muy claro (je, je).
      Te ofrezco un servicio de consultoría de acentos si alguna vez lo necesitas.

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  3. La parte ll de Sicilia es más personal,estuvimos en un hotel cuyo dueño era un personaje, un italiano culto y educado, perfecto, ya lo leerás, a ver si este finde lo puedo acabar. es que quiero meter algo de un libro "Viaje a la Sicilia con un guía ciego" de Alejandro Luque de Diego, pero no lo encuentro. Me lo regalo una amiga para llevarlo en el viaje, no lo seguimos, pero esta genial, el protagonista hace el viaje a Sicilia siguiendo una serie de fotos que se hizo Borges cuando estuvo allí, pero con las aventuras y desventuras de los viajeros.

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