jueves, 5 de septiembre de 2013

Kleenex, michelín, aspirina

Madame Errazuriz, de John Singer Sargent

El sueño de cualquier marca comercial es que su nombre dé origen al objeto que produce. Es lo que ha sucedido con marcas registradas como Kleenex, Tampax, Bic o Shandy. Compramos kleenex aunque sean de la marca Eroski, escribimos con un bic marca Pilot y nos tomamos una shandy marca Mahou.

Hay otros nombres comerciales como Jeep, Formica, Celofán o Aspirina de más antigua creación que ya para nosotros apenas si remiten al nombre de una empresa, porque ya han pasado a ser el nombre de la cosa en sí perdiendo en el camino la relación con el producto original que representaban.

Incluso algunos de estos nombres han pasado a significar más que el propio objeto, es el caso de michelín cuando se refiere a 'pliegue de grasa en el cuerpo' o kleenex, cuando se utiliza para representar algo de usar y tirar, como por ejemplo literatura kleenex. También se dio en llamar bollicaos a los adolescentes, aunque yo creo que últimamente la palabra ha perdido terreno en favor de yogurines. Estos últimos ejemplos son una muestra más de la creatividad del hablante y de la libertad que ofrece el lenguaje para crear palabras nuevas.

Seguro que a ustedes se les ocurren muchos más ejemplos que yo me he dejado en el tintero.

2 comentarios:

  1. En otro comentario ya nombraba algunas palabras que procedían de nombres comerciales. Así a vuelapluma: rímel, maicena, potito, tirita, tebeo, uralita, pladur, mistol. Imagino que hay muchas más, si bien es cierto que algunas tendrán más éxito que otras, el hablante con su uso es el que hace que una palabra triunfe o caiga en el más absoluto de los olvidos.

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  2. A mí, así de improviso, me vienen gillette y buga (coche, de Bugatti).
    Josean

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