Florencia, de Benedito Vives |
"Débese el hombre tener sobre sí, y no apoyarse ni recostarse en otro. Y cuando con alguno hablare, no le ha de estar dando con el codo o con la mano, como muchos suelen hacer a cada palabra diciendo "¿Qué digo?, ¿No es esto verdad? ¡Oídme señor fulano!". Y todavía le están sacudiendo con las manos en los pechos y asiéndoles de los botones. Y yo vi uno que tenía tal maña en esto que hasta desabrochaba cuando hablaba. Finalmente, están estos siempre asiendo el sayo, o capa, o de otra parte, para que les oigáis, sin jamás estar quedos, ni saber hablar con reposo, que podéis decir cuando salís de sus manos, que quedáis batanados y molidos".
Luis Gracián Dantisco (1593)
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