La Concha, nocturno, de Darío de Regoyos |
"En cualquier aldea gallega. Una tarde de cualquier día del año 1768. Cierta moza del país se confesaba con un cura que no hablaba gallego. La moza le explicaba con naturalidad, en gallego, cuántas veces había "trebejado" desde la última confesión. Para entendernos, mientras el trabajo se suele hacer con todo el cuerpo, el trebello gallego se ejercita fundamentalmente de cintura para abajo. Al cura no le pareció mucho trabajo el confesado y se vio en la obligación de recordarle que incluso los días festivos podía trabajar durante una hora, y todas las que quisiera en los laborables. Inmediatamente, la moza buscó un prelado gallego para que le explicara si la confesión que había mantenido era válida o si esa iba a ser la nueva y simpática doctrina de la Santa Madre Iglesia respecto a sus trebellos juveniles en la aldea".
José Ramón Lodares: Gente de Cervantes
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