viernes, 25 de abril de 2014

El gen egoísta


Cricket II, de Paulina Rubio

“No importa cuántos conocimientos ni cuánta sabiduría se adquieran durante nuestra vida, nada pasará a los hijos por medios genéticos. Cada nueva generación empieza desde el principio”.*

Esta cita de Richard Dawkins me reafirma en la idea de que la naturaleza, lejos de ser sabia, es muy tonta, y llevando el agua a mi molino, pienso ¿no debería el idioma venir inscrito en nuestros genes? Si traemos enfermedades fijadas a fuego en nuestro código genético, ¿por qué no el idioma de nuestros padres? 

Ya sé que esto supone algunos conflictos a priori, como por ejemplo, ¿qué pasa con una niña china que es adoptada por españoles? Pues que así como trae en su rostro el origen de su nacimiento, vendría sabiendo hablar chino pero nada impedirá que aprenda a hablar español. ¿Y si el padre y la madre hablan diferentes idiomas? Mejor que mejor, el niño nace con los dos idiomas apuntados en su cartilla genética. ¿O es que solo tenemos que heredar lo malo?

 Richard Dawkins, El gen egoísta.

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