Learn to Dance, de Noëlla Roos |
Es curioso cómo manejamos las palabras sin pensar en lo que encierran. Verán, esta mañana me he encontrado con que lo que en España denominamos alpinista en Sudamérica es andinista y entonces me he dado de bruces con los mismísimos Alpes dentro de la palabra alpinista, aspecto que me había pasado desapercibido y del que solo he sido consciente al ver las dos cadenas montañosas contrapuestas: de los Alpes a los Andes.
Eso mismo me sucede con algunas palabras. Llevo toda la vida pronunciándolas hasta que un día me doy cuenta de su evidente composición y me digo: "¿pero se habrá dado cuenta también el resto de la población?" XD
ResponderEliminarUn saludo desde Labocadellibro
María B.
Ya decía yo que no era la única...
EliminarHola Gemma, eso es lo que me pasó cuando escribiste el post sobre la palabra Armario, que venía de que en él se guardaban las armas, que siendo tan claro nunca me había dado cuenta. Saludos desde Pamplona
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