Habitación de hotel, de Edward Hopper |
Las palabras deberían ser nuevas en cada boca porque a fuerza de usarse sentimos que se nos gastan. He podido comprobarlo estos días cuando familiares y amigos querían decirme cuánto sentían la muerte de mi madre y no encontraban las palabras adecuadas. Algunos me miraban con indecisión, otros con pesar, a otros podía verles buscar con ahínco una fórmula que expresara un sentimiento real, unas palabras distintas de las tan usadas "te acompaño en el sentimiento" o "no sabes cuánto lo siento".
Hay quien dice que prefiere no decir nada porque repetir una frase hecha les hace sentirse absurdos, pero lo cierto es que "te acompaño en el sentimiento" es una fórmula de pésame que está muy bien diseñada. Los amigos, la familia te acompañan en el momento de tristeza que estás pasando, te expresan que no pueden sentir lo mismo que tú pero que están a tu lado en esos momentos. Y yo, la verdad, me he sentido acompañada y confortada.
Muchas gracias a todos, a los que habéis puesto esas palabras en vuestra boca y a los que me las habéis expresado con un abrazo porque hoy "mi soledad se siente acompañada".
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