Yellow eyes, de Anna Wypych |
"Uno tiene, sin saber cómo, un día, de pronto, nostalgia de la poesía. Y quiere vivir en otro acento, en otro pulso de cada cosa, en otro siglo, pasado o venidero, por parecerle más justo que el suyo. Y se encienden en él las llamas de una sonata, y quiere prenderle fuego a todo, como los románticos, y pronunciar palabras absolutas sin sentir vergüenza, al tiempo que las absolutas empiezan a estar para él enteramente desnudas, como mujeres ideales y verdaderas amantes. Empezar a hablar y transcribir cada pulso del alma, de las cosas, de los sueños y dejarlo todo al final sin nostalgia, con la verdadera alegría de quienes no precisan ya más de este mundo. Tras la poesía espera siempre un sentimiento de renuncia, la verdadera renuncia y el sentimiento de los contrarios. Cuanto menos, más; cuanto más, menos."
Trapiello, Andrés: Los Caballeros del punto fijo
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