Ibiza, de Javier Torices |
El lenguaje tiene mucha tela detrás de su aparente sencillez. ¿Saben por qué 'cabrearse' se emplea como sinónimo de 'enfadarse'? Según Gregorio Doval, en su Palabras con historia, habría que remontarse unos siglos atrás para descubrir que en tiempos medievales, los vasallos de los duques de Medinaceli y Alcalá, que eran poseedores de abundantes rebaños de cabras, estaban obligados a pagar por ellas un impuesto o gravamen suplementario debido -según los señores- a lo mucho que comían y a lo esquilmados que dejaban los campos.
Todos los que estaban obligados a satisfacer este impuesto eran incluidos en una lista y se decía de ellos que estaban "cabreados", queriendo decir que su nombre estaba en la dichosa lista, sin más significación, en aquel momento.
Obviamente, pensando en la gracia que esto les haría, no es difícil imaginar qué asociación de ideas llevó de un significado al otro.
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