Hayde Park, London, de Camille Pissarro |
Según un estudio realizado por la Universidad de Boston, los hombres y las mujeres hablan diferente. No es que no lo supiéramos, pero si lo dice el estudio de una universidad americana ya podemos afirmarlo sin rubor.
De acuerdo con las conclusiones de este estudio, el hombre tiende a reducir el registro de tonos al hablar, jura e insulta más a menudo, utiliza menos verbos que representan estados emocionales o estéticos, nunca pronuncia determinados adjetivos, asiente menos frecuentemente, prefiere las interjecciones a las conjunciones para cambiar de temas de conversación, cuenta chistes y prefiere temas de discusión diferentes de los de las mujeres.
Las mujeres, por su parte, consideran las preguntas como medio para mantener un diálogo, en tanto que los hombres las consideran como peticiones de información. Las mujeres intentan tender puentes entre lo que su interlocutor acaba de decir y lo que ellas tienen que decir. Ellas parecen interpretar la agresividad de su interlocutor como un ataque que rompe la relación. Los hombres, en cambio, toman la agresividad como una simple forma de conversación. Las mujeres tienden a discutir sus problemas, compartir experiencias y brindar seguridad y están más dispuestas a compartir sentimientos y secretos.
Los hombres rehúyen hablar sobre temas íntimos y tienden a oír a las mujeres (y también a los demás hombres) que discuten este tipo de problemas con ellos, como si hicieran explícitas demandas de soluciones en vez de buscar un oyente solidario.
En fin, que se confirma lo que venía sospechando hace tiempo: ¿Cómo es posible que nos entendamos? De hecho, ¿nos entendemos?, ¿qué les parece a ustedes?
Bueno, ese es uno de los encantos -y quizá no el menor- de las relaciones entre los hombres y las mujeres: estar condenados a entenderse. Cuando no lo conseguimos, surge otro encanto: el de la seducción.
ResponderEliminarCoincido con el comentario de Victor Pérez. Aunque siempre quedará el misterio de observar cómo una mujer inteligente se puede dejar seducir por un zopenco.
ResponderEliminarJosean
En la diferencia está el desacuerdo y en la diferencia está la atracción. ¡Así es la vida!
ResponderEliminarCreo que en vez de imitar los hombres a las mujeres en ese aspecto, está sucediendo al revés. Hay muchas mujeres a las que oigo insultar y decir tacos igual igual. La verdad que no me veo muy reflejado en como se dice que hablan los hombres.
ResponderEliminarEn mi opinión, la razón de lo que mencionas, David, es que el modelo a imitar son los hombres y no las mujeres. En un grupo en el que hay hombres y mujeres, generalmente el peso y la iniciativa de la conversación la llevan los hombres y las mujeres escuchan o hablan entre ellas.
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